Tras el éxito de crítica y público de “Alcarrás”, la directora de la película, Carla Simón, anunció su salto a la política municipal. Apenas transcurridos unos días, la aclamada cineasta se desdijo y se borró de la candidatura de Junts per Catalunya (JxC) a Les Planes d’ Hostoles, comarca de La Garrocha (Gerona). Carla Simón estaba encantada de la vida formando parte, como “independiente”, de una candidatura que en las anteriores elecciones se agenció el pleno de concejalías con el 82% del voto favorable. Mostraba su contento en las redes y estaba muy ilusionada por participar en un proyecto “inclusivo para todos los vecinos y todas las vecinas”, textual. Eso declaró de conformidad con los atorrantes topicazos buenistas y tontistas que emiten de manera insistente, gracias a su productivo aparato fonador, nuestros artistas e intelectuales. Le faltó añadir aquello de “para todos los pitos y todas las flautas”. Pero, hete aquí que algún integrante de la lista no vio con buenos ojos que aterrizara allí de buenas a primeras. Parece que Carla Simón ha pasado largas temporadas de su vida avecindada en esa localidad, sólo que su repentina inclinación municipalista no ha cosechado los mismos parabienes que su película. Y, despechada por el frío recibimiento de los suyos, se ha quitado de en medio. La criatura no acaba de entrar en política y ya sale escaldada.
Carla Simón encarna el papel del intelectual bienintencionado, transido de candor angélico. De ahí que sea una cándida-ta. “Un proyecto inclusivo”, pregonó la doña. Sucede que el concepto «inclusión» no casa para nada con política e ideario de Junts x Cat., la antigua CDC (la del 3%, o más), sólo que mucho más radicalizada en la actualidad, y con su líder huido a Waterloo en el maletero de un coche tras la fugacísima proclamación republicana (en vigor durante la friolera de ocho segundos). Si algo ha demostrado nuestro nacionalismo aborigenista es que de él podrán decirse muchas cosas, pero eso de que es “inclusivo” (nos llaman “nyordos” a los que no somos de la cuerda, como llaman «mono» a Vinicius) no se lo cree nadie que tenga dos dedos de frente. Lo que demuestra que ser crédulo y tonto nada tiene que ver con rodar, al decir de los expertos, una buena película (yo no la he visto y hablo de oídas).
Nos recuerda la interfecta a aquellos renombrados intelectuales europeos del período de entreguerras, una de las más nutridas promociones de idiotas que ha dado Occidente, y que con tanto acierto retrata Stephen Koch en “El fin de la inocencia”, contactados por el mayor propagandista de todos los tiempos, el agente comunista Willi Münzerberg al servicio de Stalin. Entonaron a coro, años 30 del pasado siglo, la cantinela del “pacifismo” y del “antifascismo” para sustraer a la opinión pública europea las barrabasadas cometidas en aquella hora por el comunismo en Rusia, en particular los procesos de “deskulaquización”, la “colectivización agraria” a base de requisas forzosas y bayonetas, y el planificado Holodomor para Ucrania, los alemanes del Volga y los cosacos del Kubán: una matanza a escala apocalíptica. Y de grado desempeñaron ese cometido servil, tanto si no eran conscientes de la colosal masacre, como si estaban en el secreto de ella: “el doloroso peaje a pagar por la sagrada Revolución”. Los llamados “efectos colaterales”.
Y así desde entonces, pues subsisten en nuestro tiempo los llamados “intelectuales y artistas comprometidos”. De ese modo nos los presentan en cualquier programa televisivo, sea cual fuere la cadena que sintonicemos: “Hoy nos acompaña Fulanito Pérez, un artista comprometido”… comprometido la mayoría de las veces, claro es, con las peores causas imaginables.
Hay multitud de ejemplos. Aquí va uno muy cercano, casi doméstico, que no es de los más sangrantes, intensidad media-baja, pero que me causó una gran impresión al leer las memorias, “Debajo de la mesa”, del cubano Juan Abreu afincado en Barcelona. El protagonista, Serrat, el mismo que desistió de representar a España en el festival de Eurovisión, esa verbena insufrible controlada desde hace años por el mundillo LGTBIQ+ (y no sé si me dejo alguna letra), al no obtener permiso para interpretar su canción en catalán. El mismo que por entonces, los años del tardofranquismo, se ganó cierto prestigio como opositor al régimen. Y que en 1973 actuó en el anfiteatro del parque Lenin de La Habana. Allí, según Abreu, y ante las narices de Serrat, se aliñó una buena ensalada de porrazos. Los esbirros de la dictadura castrista arremetieron contra el público por demandar “libertad” y Abreu llevó más de un papirotazo en cocorota propia. Era el momento justo para que el rapsoda antifranquista diera la cara y se pronunciara desde el escenario… y detuviera la cacería o, cuando menos, el concierto… pero nada dijo mientras llovían las hostias y continuó su repertorio tan ricamente como si la cosa no fuera con él. Y hablando de Cuba, ahí tenemos el testimonio de un compromiso duradero e inquebrantable, el del actor Javier Bardem, que viajó a la isla para disculparse lacayunamente ante ese régimen criminal por haber interpretado al poeta disidente Reinaldo Arenas en “Antes que anochezca”. La “intelligentsia” y el “artisteo” “comprometidos”. Vaya tropa.
Les Planes d’ Hostoles y alrededores rezuman, al gusto de Carla Simón, “inclusividad” por todas partes. No muy lejos de allí, Amer y comarca, “territorio Puigdemont” por antonomasia, instalan en la vía pública una guillotina con dedicatoria a Felipe VI. Nos reciben mástiles con banderas estrelladas en las rotondas, sea el caso de Perafita (recién estrenada comarca del Llusanés –Lluçanès-), incluso mucho antes del “Proceso”, y otros municipios aledaños. Las mismas que ondean en las balconadas consistoriales. Algo más allá, en Báscara (Bàscara), unos vecinos, tan inclusivos como frenopatizados, proclaman la república catalana e instalan a la entrada del pueblo un control aduanero de cartón-piedra. Médicos, lampistas, saltimbanquis, bomberos y payasos Sin Fronteras, pero en Báscara instalamos una, aunque sea de mentirijilla. Que no entre ni salga nadie sin el salvoconducto expedido por el chamán de la tribu. Por salvoconducto nos referimos al “dni” de pacotilla pergeñado por el “Consell de la República” en el exilio y al que dan marchamo de “legalidad” casi una docena de gobiernos municipales, entre ellos Amer, cómo no, Torres de Segre, Amposta o Vich para tramitar asuntos legales de su competencia (véase enlace). Uno se pregunta si la buena de Carla, para financiar su próximo proyecto cinematográfico, habrá de presentar ese carné “inclusivo” y verbenero para embolsarse la subvención pertinente. Carla Simón, la cándida-ta.

Guillotina “inclusiva” instalada por los CDR en el centro de Barcelona, frente a la Jefatura Superior de Policía sita en Vía Layetana. También las ha habido en otras localidades catalanas.
PS.- Se ha producido un notable vuelco electoral en las municipales celebradas el pasado domingo. JXC, tras las siglas CM (Compromís Municipal) ha perdido respaldo y ha caído hasta el 20% del voto escrutado, alzándose con la victoria la coalición, a priori vecinal, Estimem Les Planes con un 72%. Carla Simón se borró a tiempo. Pocas cosas tan cargantes como las variadas siglas que concurren a este tipo de elecciones. Es misión imposible averiguar quién se esconde detrás de esas candidaturas.
