Feliz Ñavidad (con eñe)

Esta “tractorada” es la última de la serie compuesta por “La borrascosa lengua impropia”, “Más ley tontaá, digo Celaá” y “Objetivo Madrid”

A

Un zepelín sobrevuela la Puerta del Sol de Madrid, kilómetro cero, con una eñe inscripta en la bandera nacional pintada sobre el fuselaje de la aeronave. La suelta de globos con la omnipresente eñe y las leyendas “Queremos estudiar en español en España”, “Libertad de elección de centro escolar”, “Derechos lingüísticos = Derechos civiles”, y otras de parecido tenor, alzan vuelo para saludar a la nave nodriza. Y parten escalonadamente, a las horas acordadas, las columnas de manifestantes, cada una según su itinerario fijado de antemano. Es un operativo como de comandos: “caballeros, sincronicen sus relojes”. No es un acto multitudinario, pero, como los tentáculos de un pulpo, alcanza los rincones más emblemáticos de la capital.

Llegan alentadoras noticias de provincias para aliñar debidamente el éxito de esta jornada festiva y reivindicativa. En Barcelona, los intrépidos componentes de un comando han engalanado al General Prim con una capa blanca, como de oficial de Regulares, y una eñe de grueso trazo para que puedan divisarla, a lo lejos, esos diablillos menores enclaustrados en el parlamento regional aledaño al Parque de la Ciudadela. La estatua ecuestre que fue derribada en 1.936 por los perdularios de la CNT-FAI jactándose de ello en documentos gráficos de la época. Es para no creer, pero unos valientes donde los haya, han dado parecido golpe de mano en el claustro de la catedral de Vic, rindiendo honores con la eñe levantisca al monumento funerario a Jaime Balmes.

En Gijón, la eñe sobre una bandera nacional rodea la peana del monumento a Jovellanos erigido en la plaza del 6 de Agosto. No muy lejos de allí, la estatua del espadario don Pelayo, frente a la basílica de Covadonga, se suma a la causa y una eñe amarrada al caudillo godo, a guisa de capa de armiño regia, ondea al viento. Sin duda, el acto es obra de los mismos que han suspendido a ambos lados de la cruz victoriosa que pende del puente de Cangas de Onís dos pendones laureados, uno con una eñe de España y otro con la erre de Reconquista, tal y como hacía Napoleón en sus blasones con la ene capitular del apellido. De norte a sur. La célula gaditana, muy activa, ha dejado su rastro de eñes en el oratorio de San Felipe Neri, donde se redactó la primera Constitución española y en la plaza de España, en la que se yergue el monumento conmemorativo de aquella histórica efeméride, y todo ello a pesar de la declarada hostilidad del alcalde podemita de la ciudad al que llaman “el Pichi” o “el Pirri”. No, “el Kiwi”. En la cordobesa plaza de La Trinidad, la estatua a Góngora ha despertado debidamente ornamentada.

En estas cosas nada pasa porque sí. Se ha liado parda porque hubo un ingente trabajo previo para calentar el ambiente. Notas de prensa de la sindicación de asociaciones que, por descontado, sólo tuvieron eco y complicidad en una parte del panorama mediático, es decir, Carlos Herrera, FJL y alguna cosita más. La comparecencia de la víspera ante medios de la prensa escrita con significados representantes de la Asociación por la Tolerancia, Más Plurales, AEB, Convivencia Cívica y otras. Los contactos previos con las autoridades municipales de la corte y villa. El beneplácito de alguno de los partidos políticos sondeados. Los mensajes en las redes sociales llamando a la movilización hasta llegar a ser trending topic: “Trae tu eñe a Madrid”, “Con eñe de España y eñe de coño”, “Libre elección de centro escolar”… y así por miles, esquivos al cálculo como la arena de la playa.

También se sumaron (por una vez) “celebritis” de diversos ámbitos mediante minivideos virales. Fue una delicia ver a deportistas de élite, los que se atrevieron, y algunos actores e intelectuales sumarse al reto de la “eñe”. La participación de Rafa Nadal arrastró a muchos. Feliciano López le replicó enseguida. Jugadores de la llamada ñ-BA y de lo mejorcito del baloncesto nacional, Felipón Reyes, muy significado, Sergio Llull, Rudy Fernández (los hermanos Gasol, sobre todo Pau, habrían querido participar pero se tentaron la ropa por el qué dirán), y deportistas de primera fila como Sergio Ramos, el portugués Luis Figo, ex-jugador de Barça y Madrid, Pepe Reina, Garbiñe Muguruza, Mireia Belmonte, Fernando Alonso, la saga de pilotos Saínz, padre e hijo, Carolina Marín, campeona mundial de bádminton, el velocista Orlando Ortega, de origen cubano y siempre tan agradecido a España, o la gimnasta ya retirada, y medalla olímpica, Almudena Cid. Y otros muchos (Miriam Gutiérrez, campeona de Europa de boxeo, predispuesta a noquear a los malos, o el golfista Fdez. Castaño), que se fueron sumando a la iniciativa con sus propios mensajes… “Estudiar en español en España, natural”, “Educación especial para mi hijo tan especial”, etc.

Artistas de variadas disciplinas… la cantante Malú, auxiliado por Albert Rivera, tiró la caña en el gremio y pescó no pocos rostros populares, entre ellos Alejandro Sanz. Andrés Calamaro, David Bisbal (que, titubeante, se lo pensó antes de dar uno de sus acrobáticos giros exhibiendo una eñe), Marta Sánchez, Loquillo, Alaska y Mario Vaquerizo, Ainhoa Arteta y Pitingo se alistaron de buena gana. Incluso gente del cine y del teatro, para no creerlo. Santiago Segura, «Flo», Santi Rodríguez (el entrañable frutero de “7 vidas”), Toni Cantó, José Luis Gil (el presidente de la disparatada comunidad de vecinos de “Aquí no hay quien viva”), Antonio Banderas (redimido con los años de haber pedido el voto en Cataluña para Iniciativa per Catalunya, ahora Podemos), José Luis Garci, Albert Boadella e Isabel Coixet. Personajes de muy distinta condición.

Y humoristas, escritores y diseñadores de moda. Vargas Llosa junto a Tamara Falcó. Lorenzo Caprile, Carmen Lomana, José Mota, Leo Harlem, el Mago More, muy sensibilizado con la supresión de la Educación Especial celaáaavita. Vicky Martín Berrocal (tan querida del gran público y que diseñará un vestido de faralaes y “luñares” para la próxima Feria de Abril post-coronavírica) o Boris Izaguirre. De todas partes y de todo un poco. Y alguna sorpresa de última hora (*). Incluso quiso apuntarse el inefable Viggo Tontensen,a quien le chifla la eñe y es partidario de la enseñanza en español en Estados Unidos y en Argentina… sólo que su señora, Ariadna Gil, le recordó que lo que está bien para Argentina, para España, no. Y que a él, como militante de la ANC, lo que le ha de gustar es la “ce cedilla” y la “o·o geminada”, que es esa jugosa vocal, aún no inventada, que atisba el gran actor cuando su dulce doña le acerca el escote a la nariz para que no olvide de qué lado está.

Claro que todo tiene su contrario y a esa corriente de simpatía se opuso la antipatía de no pocos cineastas, presentadores TV, chistosos y cantantes, no es necesario nombrarlos, pues son sobradamente conocidos, que contraprogramaron el evento e hicieron correr su mala baba por los sumideros del odio internauta: “De España, sólo el cine”, “ETA sí, eñe no”, “La calle y la escuela son nuestras… y tus hijos también”, “La eñe es facha”. Amén de aquellos que para acabar de posicionarse esperan a ver, a guisa de oráculo o directriz, las consignas sobre el particular recogidas en el editorial de “El País”, en los sermones de Farreras, Évole, Buenafuente y Wyoming, o en el último zutabe.

B

La columna que detiene su paso ante la sede del PSOE, calle Ferraz, para entregar el manifiesto y el cuestionario redactados por las entidades convocantes, es la misma que, antes de llegar a destino, pasó por la plaza de España para hacer una ofrenda al conjunto escultórico cervantino, uniendo a la quijotesca lanza del hidalgo errabundo una banderola con la eñe juramentada. Siempre guardando las distancias, más o menos disciplinadamente, y pertrechados con las preceptivas mascarillas, aunque la afectación de la pandemia no es la misma que en meses anteriores, toda vez que en abril-mayo de 2021 (fecha de la mani) ya lleva meses activada la campaña de vacunación. Tras visitar la “Casa del Pueblo”, la columna entra en el Parque del Oeste por Pintor Rosales y marcha por el Paseo de Ruperto Chapí en dirección al complejo de Moncloa. Allí se detiene ante un cuadro escénico que replica con figurantes la celebrada pintura de Goya sobre los fusilamientos del Dos (en realidad Tres) de Mayo. El personaje central, blusón blanco, brazos extendidos, es ejecutado por la eñe que luce en la pechera.

Que los diferentes partidos e instituciones inquiridos por la organización del evento reciban o no a sus delegados, es asunto de su elección. A tal efecto habrán recibido con antelación suficiente un burofax en el que se les anuncia la hora aproximada de llegada de la pacífica marcha a su razón social, de modo que en ningún caso aleguen desconocimiento. Los responsables de las columnas harán entrega del manifiesto y de un breve cuestionario en el que se solicitará su compromiso indubitable por escrito, con sello de la formación y firma de un destacado dirigente, con la defensa y blindaje legal de la enseñanza en español en toda España, la recuperación por parte del Estado de la competencia básica en Educación y su decidida permisión a la libre elección de centro escolar por parte de los padres. Con las respuestas obtenidas, los organizadores elaborarán posteriormente un informe que se dará a conocer a los medios de comunicación. A resultas del mismo cada partido e institución consultados obtendrá, o no, un certificado “eñe” de calidad y de inequívoca implicación, o no, con la nación española. Y que cada palo aguante su vela.

La columna que marche en dirección a calle Génova, sede del PP, con idéntica misión, y por afinidad de destinatarios, dará un pequeño rodeo para acercarse primeramente a la calle Casado del Casal, frontera al Museo del Prado, señas de la Delegación de la Xunta de Galicia en Madrid para intercambiar pareceres acerca de las edificantes declaraciones de la “normalizadora” Alicia Padín, “paladina” de Feijóo (**), de quien se solicitará su cese inmediato. Continuará hasta Cibeles para engalanar a la diosa con una bandera nacional y abrazarán a los musculados lomos de los leones que tiran del carro un envolvente lienzo con sendas eñes. Desde allí visitará la Puerta de Alcalá que lucirá para la ocasión una descomunal EÑE en su arco central y, en los ojos laterales, los retratos de los hermanos Machado, Antonio y Manuel, alineados en bandos opuestos durante la guerra fratricida, y no aquellos espantajos horripilantes de Stalin, Voroshilov y Litvinov, agasajo a la URSS, que colgaron las autoridades del Frente Popular durante la contienda.

La columna que se dirige a la sede de C’s, sita en calle de Alcalá, hará una parada técnica ante el Instituto Cervantes. Los expedicionarios harán bien en observar la advertencia “Cave canem” fijada al portalón de entrada. El director del instituto es, en la actualidad, Luis García Montero, meritorio poeta, dicen, que fuera candidato de IU a las elecciones regionales y hoy podemita acérrimo, además de gran admirador de la asesina Ana Julia Quezada, la energúmena que le dio matarile al niño Gabriel Cruz (Níjar, Almería). Comoquiera que Dios los cría y ellos se juntan, García Montero desposó a la escritora Almudena Grandes, y ése es el verso trisílabo, recitado en el altar, más incomprensible y desconcertante de su extensa obra: “sí, quiero”. Mucho estro poético y un “estrómago” a prueba de bombas. Y es que “Almu” está que echa fuego por las muelas porque al parecer le ha salido una hija falangista.

Una vez cruzado el puente de la M-30, a la altura de Ventas, para llegar a la sede antedicha y cumplido el trámite establecido en su «hoja de ruta», como dicen los fifís, y ya metidos en harina, continuarán un trecho más, alrededor de un kilómetro, para acercarse a Ciudad Lineal y personarse en la calle Virgen de la Fuencisla, nueva sede plurinacional de Podemos. Nuestros expedicionarios habrán de tomar todas las cautelas imaginables para no acabar siendo los chivos expiatorios de las pesquisas judiciales acerca del sobrecoste de las obras presuntamente fraudulento. Entregar manifiesto y cuestionario y salir zumbando.

La cuarta columna tomará la derrota de la Carrera de San Jerónimo y adornará con eñes y colores nacionales los broncíneos leones de las Cortes, para que los felinos rujan por España, con tronío, recordando su armígero pasado como baterías artilleras, tal que los versos patrióticos de Verdaguer: Bon fill d’Espanya, treballaré per ella/ esperant que es desvetlle son adormit lleó. No habrá más honorable atavío que ése en estas horas tumultuosas para el templo de la soberanía nacional… felonamente abierto de par en par a sus más enconados enemigos. Continuará su marcha hasta la RAE, laureando con eñes y banderas, primero la estatua de Cervantes en la confluencia de San Jerónimo con la calle del Prado y después, como se hizo en Cibeles, el tridente del dios Neptuno.

Tras cumplimentar a los académicos, que habrían de hacer honor a la noble divisa “limpia, fija y da esplendor”, que no es, aunque algunos de ellos lo piensen, un anuncio-tv de un producto de menaje del hogar, según esconden la cabeza bajo tierra como avestruces cuando se trata de proteger el derecho a la escolarización en lengua española, los juramentados, en columna, subirán hasta Cibeles y regresarán “dirección centro” por la calle de Alcalá hasta la sede del ministerio de Educación, guarida de Celaá e hito final de este periplo, donde plantarán sus reales, cortarán la calle y allí esperarán el retorno de las demás columnas. Se libra de la incómoda visita el ministerio de Universidades, pues se ignora su domicilio tanto como el paradero del titular de la cartera, un tal Castells, ministro de “cuota Colau”. Dicho sujeto se materializó hace un par de meses en un noticiero tv para desmentir el recurrente bulo sobre su naturaleza fantasmagórica y para lanzar un mensaje escatológico, apocalíptico: “El mundo se acaba”. Ésa fue su gran aportación doctrinal al tan necesario impulso que reclama nuestra Educación Superior, envidiada en todo el orbe planetario por el rigor de las titulaciones expedidas. Y se quedó tan pancho el gachó.

C

Por último la columna destacada a la sede de Vox, calle Bambú, la más retirada del centro y a ojo de buen cubero a eso de medio km de la estación de Chamartín, sentido nordeste, tomarán el metro, línea 1, en la misma Puerta del Sol y, sin transbordo, del tirón, se reencontrarán en Plaza de Castilla, nuevo punto de encuentro, y de ahí partirán como un solo hombre y como la fiel infantería, a golpe de calcetín, por no ser la única columna eximida de caminata, pues aquí se premia el esfuerzo, nada que ver con la ley tontaaá de la Celaaá, y hay que sudar la camiseta.

Pero hay más. Los comandos autónomos, cada uno con su objetivo preestablecido por la organización, harán lúdicamente de las suyas mientras las columnas marchan a sus destinos respectivos. Al ornato de la Puerta de Alcalá, de la estatua de Cervantes esquina Carrera de San Jerónimo, de Cibeles y Neptuno o de la quijotesca estampa ecuestre de Plaza de España, otrosí de las acciones reseñadas en provincias, hay que añadir al listado hitos de igual relevancia para tan alta ocasión. Por esa razón el Oso heráldico de la corte y villa y el Madroño, en la misma Puerta del Sol, se apuntan a la fiesta y blanden eñes y banderas nacionales, así como la cercana estatua ecuestre del mejor alcalde, el rey.

A Carlos III, se le une, en la Plaza Mayor, Felipe III, por no ser menos. De modo que Austrias y Borbones al fin a partir un piñón. Es el milagro obrado por la eñe. No se queda atrás la gliptoteca al aire libre de la Plaza de Oriente, con su marmórea pléyade de reyes visigodos y «nogodos» bajo la batuta ecuestre de Felipe IV, engalanado también. Con sus eñes y en formato de regia alineación balompédica aplaudiremos a Ataulfo bajo palos, en la zaga Eurico y Leovigildo, Suintila y Wamba por los laterales. En la medular don Pelayo, Wifredo el Velloso e Iñigo Arista de Pamplona llevando la manija del equipo. En línea de ataque, Fernán González de Castilla y Ramiro I de Aragón, y en punta una dama, galante deferencia, Sancha I de León. Un clásico 4-3-3. Y aprovechando que el Manzanares pasa por Madrid, nuestros comandos rendirán honores a la estatua a Lope, fénix de los ingenios, frente a los jardines Sabatini y a tiro de piedra de tanto monarca.

Tras el baño dinástico, otros prohombres de las letras españolas, bien que en efigie, se apuntan al evento: el busto de Mariano José de Larra, frontero a La Almudena y muy cerca de la Plaza de Oriente (visita obligada), la estatua pedestre de Quevedo, en la glorieta del mismo nombre, en la confluencia de Bravo Murillo y San Bernardo, el monumento a Pérez Galdós, flanco sur del Retiro, entre los más destacados… y no muy lejos de éste, a caballo sobre el estanque del retiro, la estatua de Alfonso XII de Benlliure, con profusión de eñes en el basamento y también alternadas con banderas nacionales a todo lo largo de la espléndida columnata. De la eñe no se libra ni la peana de la estatua de Velázquez que preside la entrada noble del Museo del Prado. Y con mayor motivo Calderón, en la céntrica plaza de Santa Ana.

Este es el sucinto resumen, en cuatro pinceladas, de la magnífica jornada que se celebrará en la capital del reino, una vez que aminore la virulencia de esta pandemia vírico-política que asola el país. La fecha prevista y posible, allá por abril-mayo, antes de que la Ley Celaá sea de plena y funesta aplicación en el curso 2021-2022. Cabe decir que las columnas estarán compuestas por unas 250 o 300 personas y que las distintas asociaciones convocantes, antes de marchar sobre Madrid, conocerán de antemano su misión y el recorrido asignado, con una previsión de horario para concurrir todos, finalmente, ante el ministerio de Educación donde se realizarán diferentes actividades y performances. El guión no está cerrado y se admiten modificaciones. En las grandes encrucijadas históricas hay que pensar a lo grande, como sostiene el gran «filósofo» Tony Montana (Al Pacino) en “El precio del poder”. El esbozo está hecho… y la suerte echada.

(*) El autor de esta “tractorada” tratará de convencer a Himar González, la chica “meteo” de Antena 3, para que en su video de desinteresado apoyo a la campaña, y à la façon de las chicas del colectivo FEMEN, sólo que por una buena causa, muestre sus esplendorosos senos tintados con sendas eñes, en plan body-painting. La tarea es ardua, pero el no ya lo tiene. A partir de ahí…

(**) Feijóo es ese señor que cuando comparece ante una cámara habla siempre en gallego. “Non” le diré en la bellísima y dulcísona lengua de “Las cantigas” de Alfonso X si, por esas cosas del destino, me pide el voto. 

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PS.- En la tractorada anterior, olvidamos un dato que da fe de la superlativa fealdad de Jaume Asens: es tan, pero tan feo, que ni siquiera Pablo “el moño” Iglesias tuvo el cuajo de darle un beso en la boca como sí hiciera con Domènech (morreo entre tiranos a lo “Honecker-Breznev”), anterior portavoz de la fracción “Colau” en el Congreso, del que nada sabemos, ni ganas.

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