Balaguer: ciudad paleta

“Ven a la plaza del mercado y pruébate el hiyab”… ¡Chupi!… además, miel sobre hojuelas, invitan a una taza de chocolate caliente. El ayuntamiento de Balaguer, alcalde de ERC, promociona, a través de asociación musulmana interpuesta (previamente subvencionada), las bondades de ese tradicional atuendo del femíneo estilismo mahometano. Hiyab, niqab o burka (*), lo mismo da, son las piezas de caza mayor de la versión “sharia” de “Maestros de la costura”. La confección de una de esas prendas haría las delicias de ese genio de la moda y entrañable y simpatiquísimo “personaje-TV” que es Lorenzo Caprile (“¡Muchas manos en la olla y ar-de Troya!”). Por lo que sé (fue noticia, no es una coña), algunos imanes están considerando muy seriamente la posibilidad de abrir la paleta de colores en la confección de los “burkas”, limitados hoy a negro, gris y azul ártico, en aras de un tímido “aperturismo”… qué decir, un marrón canela, sufrido pero favorecedor, o un verde botella que te rejuvenece y estiliza sin perder un ápice de elegancia. No parece gran cosa, pero la intención es lo que cuenta.   

Las “miembras” de la asociación “Chabab Al Amal” explicarán en Balaguer “¿Por qué llevamos el velo las musulmanas?” y animarán a todas las mujeres a que lo vistan durante un día “como símbolo de respeto”. La cartelería del evento ha corrido como la pólvora por las redes sociales y ha dado lugar a alguna polémica. De ello se ha seguido que el ayuntamiento reculara y con la boca chica se ha desentendido del asunto, si bien éste es el segundo año que se celebra y ha sido profusamente anunciado en la TV local (para otro día dejamos el debate sobre la conveniencia de que una población como Balaguer, 16.841 habitantes, censo 2.018, dilapide el dinero de sus vecinos, vía tasas municipales, en un ente público de esa naturaleza).

Hubo un tiempo en que el consenso en Occidente era casi absoluto con relación al carácter coactivo y liberticida del atuendo para las mujeres promovido por los usos y costumbres islámicos, “van encerradas en una prisión andante”, se decía. Eran los tiempos del feminismo “amable”. Pero el péndulo ha oscilado en sentido contrario en muy poco tiempo, apenas unos años, de la mano de la progresía desatada y de la llamada facción feminazi, que habría en puridad que llamar “femi-podemita”, pues sus dirigentes son todas de extrema izquierda. Y se ha producido un cambio de paradigma. Facción, la femi-podemita, que es en la actualidad dominante en ese mundillo a través de cargos públicos de rango ministerial en el nuevo gobierno y de la lluvia fina, en realidad torrencial, de los medios de comunicación infeudados servilmente a la llamada “ideología de género”.

Se ha dicho muchas veces: la estilosa y finísima Rita Maestre (ahora en el partido de Errejón, Más País… aunque se ignora a qué país alude dicho partido) acude en sujetador a una capilla universitaria (Complutense) y protesta diciendo a los parroquianos lisuras del tipo “arderéis como en el 36” o “menos rosarios y más bolas chinas”, pero se abstiene de irrumpir un viernes en la mezquita para escenificar un acto reivindicativo de contenido similar. Y se entiende a la perfección, pues saben los podemitas (neocomunistas) que uno de los arietes que en el mundo hay para demoler el, a su entender, execrable modo de vida occidental, el libre mercado, es decir, el mundo libre, la democracia representativa, es el islam, a la sazón aliado temporal al que, una vez logrados los objetivos comunes, pretenderán combatir y vencer… ja, ja, ja… malvados e ilusos a partes iguales.

Se nos ha dicho en ocasiones que el islam es una religión pacífica y que pregona el amor, que su mala prensa es obra interesada de gente eurocéntrica y llena de prejuicios. Que hay mil formas de interpretarlo y que los más exaltados son una minoría. Sobre el particular, y por evitar polémicas estériles, nada más al caso que acudir a las fuentes, pues en el islam las fuentes son incontestables y la exégesis literal del Corán goza de un predicamento mayoritario entre sus distintas “sensibilidades”, más o menos rigoristas. Sura IV, versículo 38: “Los hombres son superiores a las mujeres a causa de las cualidades por medio de las cuales Alá ha elevado a éstos por encima de aquéllas… las mujeres virtuosas son obedientes y sumisas… reprenderéis a aquellas cuya desobediencia temáis, las relegaréis en lechos aparte, las azotaréis (…)”. Señoría, no haré preguntas. Sólo que para todo roto hay un descosido y Nora Baños, candidata de Podemos, de quién si no, a las últimas elecciones europeas, ataviada con su velo (eso sí, más mona que con una de esas máscaras “chochopower”), afirma sin ambages que no hay contradicción en ser islamista y feminista al tiempo y que Mahoma, chúpate ésa, ha regalado a la Humanidad “la Seguridad Social y el voto femenino”… y las pioneras sufragistas sin saberlo.

Para mí tengo que las femi-podemitas son en realidad partidarias de esas prendas, burka incluido, si bien no para ellas, necesariamente, pues lo deslizan sin tapujos en algunos comentarios que he captado, y quizá también ustedes. Esas prendas no son un horror, sino una bendición, pues de ese modo las mujeres se sustraen a la mirada golosa de los hombres, esos puercos que se les acercan “como perros babeantes”, que es lo que dice la madre ultrapuritana (Piper Laurie) a su hija “Carrie” (Sissy Spacek). “Tapa esas protuberancias”, le espeta al probarse Carrie el vestido que ha cosido a mano para acudir monísima al baile del Instituto. Se trata, pues, de ocultar a la vista la belleza y esas masas, volúmenes y contornos femeniles que estimulan los apetitos de esos rufianes prontos al estupro que son la generalidad de los hombres, siempre, los muy bellacos, con la plancha a punto. Las femi-podemitas, es decir, las que hoy mandan en nuestra sociedad, celebran todo aquello que suponga una inhibición de la atracción mutua en las especies biológicamente constituidas por dimorfismo sexual. Quieren para sí a todas las hembras del planeta: acaparadoras. De tal suerte que una de sus portavoces, no recuerdo cuál, pero suficientemente tontuela y esquinada como para tener relevancia en el partido, dijo que “en ocasiones había visto por la calle a perritos (esbirros del heteropatriarcado canino) montar a perritas que -era su impresión- no querían mantener ese contacto”. Así, a la pata la llana, siquiera habiendo mediado una primera cita para roer un hueso juntos, los amartelados canes, a la luz de la luna. Perritos calientes… y violadores.  

Lo de Balaguer no es una anécdota aislada. El femi-podemismo, conectado a todo lo que sea anti-occidental, también al islamismo, es la norma, la regla, el discurso oficial. Ahí tenemos a la Directora del Instituto de la Igualdad y a su ex pareja (Beatriz Gimeno y la adorable y sensualísima Boti -¿?- García Rodrigo) con rango ambas de Secretarias de Estado, diciendo “que las mujeres deberían penetrar a los hombres analmente”, o a una concejal canaria del PSOE, maestra de profesión (Aurelia Vera, Puerto del Rosario) y que ha sido respaldada por su partido largando a los peques en clase “que a los niños al nacer habría que cortarles los huevitos”. Pedagógico y conmovedor a partes iguales.

Sólo que lo de Balaguer, ciudad paleta, muy paleta, es una constante, pues dicha localidad atesora una ejecutoria envidiable en el ámbito de la vulneración de las libertades. Sea el caso de la persecución auspiciada desde el consistorio contra Ana Moreno, una auténtica madre coraje premiada por la Asociación por la Tolerancia, año 2017, por solicitar, conforme a la ley, el 25% del horario lectivo en español para su hijo en uno de los colegios públicos del municipio. Persecución, «escrache» diario, que secundaron obedientemente el equipo docente, el (h) AMPA del centro y asociaciones como “Som Escola”… y por ahí andaría alguna apesebrada de Chabab Al Amal luciendo su hiyab de gala. Un día, Ana llevó a su peque a la escuela y se encontró con cientos de niños ataviados con la misma camiseta reivindicativa en contra de la aplicación de ese, con todo, risible porcentaje, en una acción secretamente diseñada y concertada por los entes citados y con la evidente intención de señalar, estigmatizar y avergonzar al niño. O cuando el “bullying” es promovido por el mismísimo claustro de profesores.

Por los méritos contraídos es Balaguer una de las candidatas más firmes a obtener el codiciado galardón de la ciudad más liberticida, palurda y cateta (a babor) de toda la geografía nacional, en enconada competencia, entre otras, con la villa navarra de Alsasua donde, qué sorpresa, déjà vu, docenas de abertzales pro-etarras han apaleado de nuevo a un agente de la Guardia Civil a las puertas del bar Koxka, más famoso ya que el irundarra bar Faisán, por identificar a unos tipos que cruzaban contenedores de basura en la calle. Total, aquí, en la avenida Meridiana (también en Gerona), se cruzan, se queman a diario y no pasa nada de nada.

(*) Se difunde entre las femi-podemitas que el tradicional burka podría ser un protector ideal para escapar de las asechanzas del malvado coronavirus covid-19, combinado, no obstante, con guantes de látex de color morado, como los que lucieron tan estilosamente las ministras neo-frentepopulistas en la mani del 8-M, cuando ya sabían que la enfermedad se había descontrolado.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar